Tolerar la frustración. Si un niño hace un esfuerzo y logra aprobar aunque sea con baja nota, los padres debemos reconocer el esfuerzo, eso es lo valioso. Algunos padres tienen metas muy altas y rígidas respecto al rendimiento y esto finalmente hace que el niño se frustre por sus dificultades. No todo el mundo es bueno en todo. Hacer nuestro mejor esfuerzo es excelente. Si los padres son tolerantes con respecto a las dificultades de sus hijos, ellos también serán tolerantes con sus propias dificultades.
Lo mejor que podemos ofrecerle a nuestros hijos no son solo emociones positivas sino acompañarlo también en la tristeza, en la rabia, en la frustración. Si nuestros hijos se encuentran con esas emociones, no tratemos de sacarlos de esa situación sino más bien acompañémoslo en ese tránsito. Dile: ‘si pues, que difícil, ¿no?’ ‘no te sale, bueno pues regresaremos otro día a la clase, practicaremos más fuerte o practicaremos en casa’. Pero la alternativa NO es sacarlo de la clase porque no es el primero o porque tal vez sea pésimo. Si disfruta esa actividad y se frustra, tendrá que tolerar esa frustración.
¿Qué pasa cuándo un niño no quiere competir porque no acepta la posibilidad de perder? Yo me preguntaría de dónde está copiando esos modelos? Esas sobre exigencias tienden a venir de algún lado del hogar. ¿Qué pasa con los padres? ¿Cómo manejan su propia capacidad para tolerar o para no ser primeros?
Por: Sandra Andren
Psicóloga clínica – niños y adolescentes
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¿Por qué no toleran PERDER?