¿Nuestros hijos quieren una mamá perfecta?
Toda mujer quiere ser una ‘buena madre‘, pero ese ideal se nos desmorona día a día. El trabajo, las responsabilidades de casa y otras razones no siempre ayudan a ser las madres que quisiéramos; muchas veces terminamos acudiendo a nuestra madre u otra persona de confianza para que nos ayude y nos invade un gran sentimiento de culpa y pensando que el rol de madre nos queda grande! Pero, tranquila! Nadie nace sabiendo, nuestras madres experimentaron lo mismo.
Si queremos disfrutar cada momento, dejemos de intentar ser madres perfectas, el perfeccionismo y la maternidad no son compatibles! Busquemos información que nos oriente pero por encima de todo criemos con amor profundo e instinto de madre. Seamos libres con nuestros retoños y no formemos ante ellos una imagen que no nos representa.
¿Qué actitudes puede generar una ‘mamá perfeccionista’ en sus hijos?
Puede provocar que los niños reaccionen:
- No queriendo aceptar sus errores (ven que no aceptamos los nuestros y lo copian)
- Miedo al error: Tienen temor de equivocarse y ser señalados o juzgados
- No aprenden de los errores: Piensan que todo error es malo y no se puede aprender algo bueno de esa experiencia.
Y, ¿cómo nos ven nuestros hijos? ¿cómo mamás perfectas?
La psicoanalista Cristina Álvarez explica que nuestro niño puede vernos de tres maneras y estas varían según su edad o el ánimo que tiene en el día. Así pueden vernos como:
- Mamá imaginaria: Es el tipo de mamá que resume todas las fantasías, sentimientos e ideas que un niño puede tener. Somos el ser más perfecto para ellos así cometamos errores!
- Mamá simbólica: Cuando nuestros engreídos van creciendo se van dando cuenta cuando mamá está presente o ausente y comienza a diferenciarse entre él y lo que lo rodea. Empieza a tomar conciencia de sus gustos, preferencia, ideas, etc.
- Mamá real: Nuestros hijos ya no sólo nos ven como “mamá” sino como persona y mujer. Empiezan las quejas porque ya no somos esa “mamá imaginaria” que creían. Dejan de notar por ejemplo que cuando les negamos un permiso es porque los estamos cuidando.
Mostrémonos tal y como somos, con nuestros defectos y virtudes porque eso no nos hace ni más ni menos. El verdadero rol de toda mamá es amar a nuestro hijo procurando que sea una persona feliz y que en un futuro también pueda amar a otros!
Así que relájate, que nuestros niños necesitan una mamá amorosa y humana, no una mamá perfecta!