¿Podemos juzgar las libretas de los chicos?

Ahora que se vienen las tan temidas libretas del colegio, quisiera hacer una pequeña reflexión.

Muchos padres demandan resultados académicos a sus hijos, pero se olvidan de reconocer que cada persona es única, que no todos tenemos los mismos talentos y habilidades y que no todos aprendemos de la misma manera o al mismo ritmo. Incluso se olvidan que ellos tampoco fueron los primeros de la clase.

Más aún, muchos padres exigen estos resultados sin tomarse el tiempo de acompañar al niño en su aprendizaje, de participar en sus estudios, de animarlo a ser responsable con sus tareas o de tomarse el tiempo para explicarle mejor aquello que no quedó claro.

Toman distancia de la educación, consideran que no es su responsabilidad y se sientan a esperar que el niño y el colegio hagan el trabajo solos.

Compartamos con nuestros hijos más que un programa de televisión divertido y un juego de computadora. Compartamos cultura, compartamos valores, compartamos tiempo. Los padres debemos demostrar nuestro interés en su educación. Si los niños ven que no nos interesan sus tareas o sus trabajos, que minimizamos las normas del colegio o la labor de los maestros, pues tampoco esperemos que ellos se sientan motivados a aprender y amar su trabajo escolar.

En estas vacaciones…

Aprovechemos para visitar con nuestros hijos un museo, comprar un nuevo libro o ver un programa de televisión analizando las conductas y los valores que se presentan en ellos. Revisemos con ellos aquellos temas que no han sido bien comprendidos. Disfrutemos con ellos de APRENDER. Sembremos en ellos la semilla de la curiosidad, las ganas de hacer las cosas bien y el agradecimiento por tener la posibilidad de acudir a un colegio y llenar sus vidas de conocimiento.

Dejemos de ser meros espectadores y convirtámonos en personajes principales de la educación de nuestros hijos.

Es lindo recibir una buena libreta y es justo reconocerle al niño que obtuvo buenas calificaciones su esfuerzo, su responsabilidad y su dedicación. Enseñemos que no todos podrán ser los primeros, pero que todos pueden tener la satisfacción de aprender.

Por: Madeleine Marion, abogada, escritora de cuentos infantiles y  mamá a tiempo completo !

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