Es natural que con la confirmación que estamos embarazadas, nos sintamos alegres y expectantes, pero también podemos sentir miedo de que perdamos a nuestro bebé. Este miedo a la pérdida es común en el primer trimestre de gestación y se incrementa, tal vez, porque la presencia de síntomas como los mareos, náuseas, vómitos, dolores de cabeza o excesivo cansancio hace que nuestro cuerpo se sienta totalmente distinto a lo que estamos acostumbradas.
Aunque en la mayoría de mujeres embarazadas este miedo va desapareciendo conforme los meses avanzan; es bueno tomar en cuenta que si hay factores de cierto riesgo y es necesario tomar medidas cuanto antes. Algunos de los factores que pueden conducir a una pérdida son: factores genéticos, malformaciones uterinas, alteraciones hormonales, enfermedades pre-existentes, causas ambientales, la edad de la madre o antecedentes de pérdida anterior.
Lo importante es disipar cualquier duda desde un inicio, consultando con el médico obstetra, y realizando las pruebas que él solicita. Si se descartó cualquier factor físico y no hay razón aparente para el riesgo de pérdida pero la futura mamá siente ansiedad sobre el tema, es recomendable buscar asesoría psicológica para ella, para la pareja y/o tal vez integrar un grupo de apoyo.
Otros temas relacionados: Emociones en el embarazo – Temores hacia el final del embarazo