¿Qué puede ser peor que arreglar las maletas cuando vas a viajar con hijos? jajaja cuando íbamos sólo mi esposo y yo, un día antes las hacíamos y si se nos olvidaba algo lo comprábamos en el camino o no lo usábamos.
Pero con Luciano las cosas son diferentes, no quiero olvidarme de nada, así que he optado por hacer un check list no un día antes, sino por lo menos 4 o 5 días antes, con la finalidad de tener más días para acordarme de algo y poder guardarlo con calma a la hora de hacer la maleta, y mi truco está en empezar escribiendo lo que menos uso, pero que quiero llevar, porque lo que frecuente lo vamos a poder anotar en el transcurso de los días, cuando lo usemos, así que mejor anoto primero lo que está guardado o tengo que buscar.
La medicina que llevo nunca está de más, aunque parezca una farmacia andante, esa no puedo darme el lujo de “comprarla de camino” porque la puedo necesitar en cualquier momento, aparte no se sabe si en el lugar al que vamos hay farmacias cerca, si venden sin receta ya que muchos medicamentos de rutina son sin receta o por último que días atienden y que días no.
A mi me pasó algo curioso con la crema para escaldaduras cuando me fui a México, resulta que no vendían la que yo usaba y era la única que le hacía bien a Luciano, llevé menos de las que iba a utilizar pensando en comprarlas allá, igual me pasó en Piura, no encontré su medicina en ninguna de las pocas farmacias que estaban abiertas un sábado de verano por la noche.
Otra cosa importante son los repuestos de chupones, por si uno se cae y no tenemos como lavarlo a la mano o estamos fuera del hotel, igual con las tetinas de biberón y si es aún pequeño y esterilizas los biberones aún, puedes llevar sin problemas el esterilizador, ya que en los hoteles te ayudan muy amablemente.
Ropa extra por si se moja, se ensucia o se mancha, los bebés son especialistas haciéndolo y a veces no hay lavandería cerca o el hotel no tiene ese servicio.
Los juguetes son un tema importante, antes pensaba que como íbamos a estar fuera tendría suficientes distracciones, pero una psicóloga amiga me comento que igual hay que llevarlos porque van a servirles de conexión con su mundo, con su casa, les van a dar seguridad, así que ahora cargo con los juguetes también y el enano feliz de llevarlos consigo.
Finalmente, he escuchado decir muchas veces que los niños no disfrutan el viaje cuando son pequeños y a mí parecer, lo disfrutan tan igual que un adulto, nosotros hemos viajado siempre los 3 juntos y puedo asegurarles que aunque no se acuerde a dónde ha ido, tanto el como nosotros hemos disfrutado cada momento del viaje, las sonrisas, los juegos, la cara de sorpresa y emoción quedarán guardados en nuestro corazón.
Mi gordo no volverá a tener uno o dos años nunca más ni el poder de asombro que tiene ahorita, pero la expresión de felicidad de su mirada me acompañarán toda la vida.
Por: Silvana Navas – Blog Aymamá