Se entiende la familia como una comunidad de amor,. Cuando por alguna razón nos estamos hiriendo y el amor no se está dando debemos buscar ayuda. Podemos manejar algunas situaciones cotidianas relacionadas a la crianza de los niños, discusiones entre hermanos, de pareja… que resolvemos de un día para otro. Pero cuando el problema se prolonga y genera 2 , 3 o más días sin que los papás se hablen, una discusión con el hijo adolescente hace que dejen de comunicarse o un tema de notas ocasiona un conflicto familiar que sentimos que no podemos manejar, es el momento de buscar otra forma de solucionar las cosas.
La Terapia Familiar es un recurso que se utiliza para crecer en familia, para ayudarnos a sentirnos bien. No quiere decir que estamos enfermos. Es un recurso que las familias utilizan para hacer mejor las cosas bajo la guía de un profesional.
La mayoría de las veces, los problemas de crianza son los que llevan a una familia a terapia. Destaca la falta de obediencia y/o la falta de autoridad ya sea por
permisividad como por autoritarismo de los padres. Algunos chicos se rebelan porque papá y mamá tienen una conducta muy autoritaria y entonces adoptan una postura de oposición. En otros casos, los padres son muy permisivos y no pusieron límites desde niños pensando que al crecer sus hijos aprenderían, pero de pronto pasó el tiempo y adquirieron hábitos inadecuados que ya no pueden controlar.
Otros motivos de crianza que llevan a terapia familiar son las pataletas que exceden la etapa de los 2 a 3 años (en las que son normales como una etapa del desarrollo), cuando los niños ignoran la palabra de los padres o cuando de pronto por cólera los padres agredimos a nuestros hijos.
Otro caso frecuente es aquel en que los padres no tienen unidad de criterio en la crianza, cuando no están enfocados y no buscan lo mismo en la educación de sus hijos. En algunas familias los detonantes son el abuso de un hermano al otro y/o el incremento de las peleas entre ellos. Otros casos son los repentinos problemas económicos o cuando los miedos de los hijos alteran la vida familiar (ej: padres que no duermen juntos más de un mes porque uno de los hijos por temor se pasa todas las noches a su cama).
Para asistir a una terapia grupal todos deben estar de acuerdo ya que es un espacio de crecimiento, positivo para toda la familia. Es importante plantearla bien a los chicos para que vayan con ilusión. La mayoría de las personas asisten contentas a este tipo de ayuda.
Por: Eliana Gálvez Psicóloga y Psicoterapeuta familiar – orientación cognitivo conductual.
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¿En qué casos puede ayudar una Terapia Familiar?